La planta tiene algunos compuestos que tienen efecto psicoactivo (alteración de la percepción y modificación del estado de ánimo) y otros no. Dentro de los primeros se encuentran el delta-9-THC, el CBN (cannabinol) y el delta-8-THC, con distintas potencias y concentraciones en la planta, siendo el más potente y abundante el delta-9-THC. Estos compuestos son los responsables de producir los efectos buscados por los usuarios recreativos, es decir «el viaje».
Por el contrario, si bien el CBD es un compuesto que actúa en el sistema nervioso central y por lo tanto es psicoactivo, no tiene los efectos psicotrópicos del THC. Por el contrario, antagoniza los efectos psicotomiméticos (psicótico símiles) que éste produce.
Actualmente, el CBD es el cannabinoide al que se le reconocen más efectos beneficiosos para el tratamiento de algunos síntomas y enfermedades, y con mayor margen terapéutico; vale decir, con efectos secundarios leves en un amplio rango de dosis. En general, el CBD es muy bien tolerado.
Propiedades terapéuticas del CBD
Las propiedades terapéuticas más importantes del CBD, demostradas con distinta calidad de evidencia son:
antiinflamatorio
analgésico
neuroprotector
anticonvulsivante
antioxidante
anti-náusea y antiemético
antitumoral
ansiolítico
antipsicótico
reductor de la apetencia por heroína, cocaína y alcohol
inmuno-modulador
Estas propiedades hacen que el CBD se utilice en el tratamiento de múltiples enfermedades, algunas de las cuales son:
epilepsia
enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo, Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple)
dependencias químicas
ansiedad
psicosis
trastorno de espectro autista
enfermedades inflamatorias crónicas como la poliartritis crónica, enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal,
acompañamiento de la quimioterapia
tratamiento antitumoral
Más allá de sus usos terapéuticos, en algunas jurisdicciones, el CBD es recomendado como suplemento alimentario